Valoración económica de afectaciones ambientales a recursos naturales seleccionados en sectores de la Cuenca del Río Guanabo, Provincia Ciudad de La Habana
Fecha
2010Autor
Durán Zarabozo, Odil
Rangel Cura, Raúl A.
Martínez Hernández, María del Carmen
Sánchez Celada, Miguel
Quintana Orovio, Marisela
Fernández Pérez, Danai
Abraham Alonso, Ana Nidia
Herrera Oliver, Pedro Pablo
Vilamajó Alberdi, Daysi
Ferro Azcona, Hakna
Gómez País, Gloria
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
Desde hace ya más de quince años, en la Cumbre la Tierra se abogó por alcanzar un desarrollo sostenible ante la amenaza inminente de los problemas ambientales sobre la sociedad, los cuales se habían acumulado y agudizado tras siglos de explotación indiscriminada de los recursos naturales por parte del propio hombre. En aquel momento se tomaron importantes acuerdos tanto a nivel gubernamental como de instituciones sin fines de lucro y de la sociedad civil en general, que impulsaron de manera vertiginosa nuevas estrategias y acciones con el fin de alcanzar dicho objetivo. Por su parte, la ciencia y la tecnología no se quedaban atrás, e independientemente de las diferencias de enfoques (siempre existentes), existía una serie de propuestas que permitían asumir bajo una racionalidad teóricopráctica las acciones necesarias, de manera que existiese ese importante vínculo que muchas veces se pierde, entre la ciencia, la tecnología y la sociedad. Uno de los enfoques que se venía desarrollando con fuerza y que parecía ofrecer esperanzas en el ámbito económico-ambiental, era la Economía de los Recursos Naturales, que en un principio centró sus esfuerzos en el problema de la contaminación y sus afectaciones a la salud humana, y que luego devino en la Economía Ambiental, la cual ha ampliado su alcance también a aspectos como el empleo sostenible de los recursos, la contabilidad verde y la internalización de los costos ambientales dentro de la gestión económica tradicional. La mayor identificación con esta y otras nuevas ramas de la economía que venía emergiendo, como es el caso de la Economía Ecológica, representó un importante punto de giro en la conciencia ambiental de una ciencia económica ya establecida, que hasta el momento trataba de “asegurar la solvencia de sus bases teóricas ignorando el contexto físico en el que se inscribía su sistema y manteniendo la separación entre lo económico y lo físico” (Naredo, 1996); aunque cabe señalar que, “con todo, incluir la información sobre los “costes sombra” de reposición de los recursos naturales en el cálculo económico es condición necesaria, pero no suficiente, para alterar los mecanismos que en la sociedad actual apuntan hacia el deterioro ecológico y la polarización social crecientes” (Naredo, 2000). For more than fifteen years, at the Summit, the Earth was advocated to achieve sustainable development in the face of the imminent threat of environmental problems to society, which had accumulated and worsened after centuries of indiscriminate exploitation of natural resources by of man himself. At that time, important agreements were made at the governmental level as well as non-profit institutions and civil society in general, which drove new strategies and actions in a dizzying manner in order to achieve this goal. On the other hand, science and technology were not left behind, and independently of the differences of approaches (always existing), there was a series of proposals that allowed to assume, under theoretical and practical rationality, the necessary actions, so that this important link existed. many times it is lost, between science, technology and society. One of the approaches that had been developing strongly and that seemed to offer hope in the economic-environmental field, was the Economics of Natural Resources, which originally focused its efforts on the problem of pollution and its effects on human health. , and that later became the Environmental Economy, which has also extended its scope to aspects such as the sustainable use of resources, green accounting and the internalization of environmental costs within traditional economic management. The greater identification with this and other new branches of the economy that had been emerging, as is the case of the Ecological Economy, represented an important turning point in the environmental conscience of an already established economic science, which until now was trying to "ensure the solvency of its theoretical bases ignoring the physical context in which its system was inscribed and maintaining the separation between the economic and the physical "(Naredo, 1996); although it should be noted that, "all in all, including information on the" shadow costs "of replacing natural resources in the economic calculation is a necessary condition, but not enough, to alter the mechanisms that in today's society point towards ecological deterioration and the increasing social polarization "(Naredo, 2000). (Traducción automática)