Componentes de la gestión del riesgo en la prevención de desastres naturales. Caso Cuba.
Date
2004Auteur
Rodríguez Otero, Carlos Manuel
Pérez Hernández, Ada Luisa
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Desde la segunda mitad del siglo XX se observa una tendencia al incremento del efecto de los desastres naturales; inundaciones, intensas sequías, sismos, deslizamientos, entre otros, que reportan cuantiosas perdidas económicas y de vidas humanas, en mayor magnitud en los países en desarrollo, adquiriendo los desastres un carácter socio-natural, según caracterización de Ferrero, 2003 y Arenas, 2003. Sin dudas en estos países, las acciones implementadas han sido insuficientes para frenar la magnitud de la vulnerabilidad, de ahí las pérdidas humanas y materiales, a esto se une la falta de recursos, la pobreza de amplios sectores de la comunidad y la forma desorganizada en que se ha producido la asimilación de los territorios y la ubicación espacial del hábitat, en particular para buena parte de la población. Los desastres hidrometeorológicos y sus efectos inmediatos (inundaciones, sequías, tornados, temperaturas extremas, fuegos forestales y avalanchas) en el periodo 1991-2000, tuvieron un ascenso considerable con una tendencia al crecimiento, comparado con la ocurrencia de los desastres geofísicos (sismos y erupciones volcánicas)1. El efecto de los desastres en los países es diverso, en los ricos se registran cuantiosas pérdidas económicas y un impacto relativamente bajo sobre el PIB anual, mientras en los países en vías de desarrollo o pobres, las pérdidas son inferiores en términos económicos, no así en vidas humanas, pero significan un elevado porcentaje del PIB, que determina el retroceso económico de los países afectados; un ejemplo lo constituye el caso del huracán Mitch en Centroamérica en 1998, que generó la muerte de 18 000 vidas humanas, y pérdidas en infraestructuras, el hábitat y la base económica, estimadas en 6 018 MMUSD, con un doloroso resultado para las familias de estos países en particular las más pobres, CEPREDENAC2, 2003. Este evento ha dejado una huella para esta área geográfica que aún 6 años después de la tragedia y a pesar de la ayuda internacional recibida y los esfuerzos locales, no ha logrado la recuperación total. Since the second half of the twentieth century there has been a tendency to increase the effect of natural disasters; floods, intense droughts, earthquakes, landslides, among others, that report large economic losses and human lives, in greater magnitude in developing countries, acquiring disasters a socio-natural character, according to Ferrero, 2003 and Arenas, 2003 Without doubt in these countries, the implemented actions have been insufficient to stop the magnitude of the vulnerability, hence the human and material losses, to this is added the lack of resources, the poverty of large sectors of the community and the disorganized form in which the assimilation of the territories and the spatial location of the habitat has taken place, in particular for a large part of the population. Hydrometeorological disasters and their immediate effects (floods, droughts, tornadoes, extreme temperatures, forest fires and avalanches) in the period 1991-2000, had a considerable rise with a tendency to growth, compared with the occurrence of geophysical disasters (earthquakes and volcanic eruptions) 1. The effect of disasters in the countries is diverse, in the rich there are significant economic losses and a relatively low impact on the annual GDP, while in the developing or poor countries, the losses are lower in economic terms, not so in human lives, but they mean a high percentage of GDP, which determines the economic decline of the affected countries; One example is the case of Hurricane Mitch in Central America in 1998, which caused the death of 18,000 human lives, and losses in infrastructure, habitat and economic base, estimated at 6,018 MMUSD, with a painful result for families of These countries, in particular the poorest ones, CEPREDENAC2, 2003. This event has left a mark for this geographical area that even 6 years after the tragedy and in spite of the international help received and the local efforts, it has not achieved total recovery. (Traducción automática)