Hongos micorrízicos arbusculares y rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal: alternativas para la producción de posturas de tomate (Lycopersicon esculentum Mill.) y cebolla (Allium cepa L.)
Abstract
En el área experimental de la Universidad de Ciego de Ávila, sobre un suelo Ferralítico Rojo compactado y durante las campañas hortícolas 1996-97, 1997-98 y 1999-2000, se evaluaron 4 especies de rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (RPCV), 5 de hongos micorrízicos arbusculares (HMA) y las combinaciones de cada grupo de microorganismos, prescindiendo de la fertilización mineral, con el objetivo de seleccionar inóculos capaces de proporcionar posturas adecuadas de tomate y cebolla, usando como criterio de selección la altura y la longitud radical. Valorando las campañas 1996-97 y 1997-98 y comparando los tratamientos inoculados con el testigo sin fertilizar ni inocular, las RPCV A. brasilense, A. chroococcum y B. cepacia en tomate, incrementaron la altura entre 61,76 y 78,89 % y la longitud radical entre 68,38 y 91,20 %; en cebolla se destacaron sólo las dos primeras RPCV, logrando incrementos en altura entre 51,14 y 80,86 % y entre 90,78 y 106,34 % para la longitud radical. Con los HMA G. clarum y G. fasciculatum la altura se incrementó entre 70,54 y 101,36 % para tomate y entre 38,97 y 65,70 % para cebolla, mientras que para la longitud radical los incrementos oscilaron entre 93,44 y 119,74 % y 109,02 y 36,59 % para tomate y cebolla, respectivamente. En la campaña 1997-98 en tomate, las coinoculaciones G. fasciculatum + A. brasilense y G. clarum + A. brasilense potenciaron el efecto individual de cada microorganismo sólo para la altura; G. fasciculatum + A. chroococcum y G. mosseae + A. chroococcum influyeron de forma positiva sobre la altura pero deprimieron la longitud radical; G. clarum + A. chroococcum y G. clarum + B. cepacia no tuvieron efecto; G. fasciculatum + B. cepacia y G. mosseae + A. brasilense deprimieron la longitud radical, mientras que G. mosseae + B. cepacia deprimieron ambos indicadores. En cebolla, con excepción de G. mosseae + A. chroococcum, las restantes coinoculaciones potenciaron el efecto individual de los microorganismos. En la campaña 1999-2000 no hubo efecto de la coinoculación. Siempre los tratamientos que propiciaron las mayores extracciones de N, P y K, en ambas especies vegetales, estuvieron comprendidos entre los que garantizaron posturas adecuadas y mayor colonización rizosférica. Para tomate los niveles críticos fueron: población de A. brasilense = 4,1 x 105 ufc.g sr-1, colonización radical = 32 % y masa del endófito = 3,2 mg.g-1 s.r.; para la cebolla el nivel crítico de la población de A. chroococcum fue 3,9 x 103 ufc.g sr-1. Posterior al trasplante, los mejores tratamientos inoculados se evaluaron ante 4 niveles de fertilización mineral. En tomate, B. cepacia, A. brasilense y la coinoculación G. fasciculatum + A. brasilense con N1 y G. clarum + A. chroococcum, G. fasciculatum + A. chroococcum y G. fasciculatum + B. cepacia con N4 y G. clarum + A. brasilense con N2, proporcionaron rendimientos similares a los obtenidos con la fertilización mineral (N4). En cebolla, con todo el aporte de nutrientes (N4), A. chroococcum inoculado sólo y en combinación con G. clarum, proporcionaron los mayores rendimientos. Los tratamientos inoculados que garantizaron mayor producción de posturas en tomate alcanzaron relaciones Beneficio / Costo superiores al testigo fertilizado; en cebolla, A. chroococcum, independiente y combinado con G. clarum, también proporcionaron relaciones B/C que superaron a dicho testigo. Los resultados obtenidos demuestran la factibilidad, práctica y económica, de utilizar la inoculación con RPCV y HMA como alternativa nutricional para la producción de posturas adecuadas en tomate y cebolla. In the experimental area of the University of Ciego de Ávila, on a compacted Red Ferralitic soil and during the horticultural campaigns 1996-97, 1997-98 and 1999-2000, 4 species of plant growth promoting rhizobacteria (RPCV) were evaluated. of arbuscular mycorrhizal fungi (AMF) and the combinations of each group of microorganisms, regardless of mineral fertilization, in order to select inoculants capable of providing adequate tomato and onion positions, using height and root length as selection criteria. Valuing the 1996-97 and 1997-98 campaigns and comparing the treatments inoculated with the control without fertilizing or inoculating, the RPCV A. brasilense, A. chroococcum and B. cepacia in tomato, increased the height between 61.76 and 78.89 % and the radical length between 68.38 and 91.20%; in onion, only the first two RPCV stood out, achieving increases in height between 51.14 and 80.86% and between 90.78 and 106.34% for the root length. With the HMA G. clarum and G. fasciculatum the height increased between 70.54 and 101.36% for tomato and between 38.97 and 65.70% for onion, while for the radical length the increments ranged between 93, 44 and 119.74% and 109.02 and 36.59% for tomato and onion, respectively. In the 1997-98 campaign in tomato, the co-inoculations G. fasciculatum + A. brasilense and G. clarum + A. brasilense enhanced the individual effect of each microorganism only for height; G. fasciculatum + A. chroococcum and G. mosseae + A. chroococcum positively influenced height but depressed root length; G. clarum + A. chroococcum and G. clarum + B. cepacia had no effect; G. fasciculatum + B. cepacia and G. mosseae + A. brasilense depressed root length, while G. mosseae + B. cepacia depressed both indicators. In onion, with the exception of G. mosseae + A. chroococcum, the remaining coinoculations enhanced the individual effect of the microorganisms. In the 1999-2000 campaign there was no effect of co-inoculation. Always the treatments that led to the largest extractions of N, P and K, in both plant species, were included among those that guaranteed adequate postures and greater rhizospheric colonization. For tomato, the critical levels were: population of A. brasilense = 4.1 x 105 ufc.g sr-1, radical colonization = 32% and mass of the endophyte = 3.2 mg.g-1 s.r .; for onions, the critical level of the population of A. chroococcum was 3.9 x 103 cfu.g sr-1. After the transplant, the best inoculated treatments were evaluated before 4 levels of mineral fertilization. In tomato, B. cepacia, A. brasilense and the co-inoculation G. fasciculatum + A. brasilense with N1 and G. clarum + A. chroococcum, G. fasciculatum + A. chroococcum and G. fasciculatum + B. cepacia with N4 and G clarum + A. brasilense with N2, gave yields similar to those obtained with mineral fertilization (N4). Onion, with all the nutrients (N4), A. chroococcum inoculated only and in combination with G. clarum, provided the highest yields. The inoculated treatments that guaranteed greater production of tomato postures reached higher benefit / cost ratios than the fertilized control; Onion, A. chroococcum, independent and combined with G. clarum, also provided B / C ratios that exceeded said control. The results obtained demonstrate the feasibility, practical and economical, of using the inoculation with RPCV and HMA as a nutritional alternative for the production of adequate postures in tomato and onion (traducción automática)
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