La simbiosis micorrízica arbuscular
Resumen
El vocablo Micorriza fue empleado por primera vez y con un interés puramente sistemático, por el ilustre botánico de origen alemán Albert Bernard Frank en el año 1885, para designar "la asociación que se producía entre las hifas de algunos hongos del suelo con los órganos subterráneos de la gran mayoría de las plantas superiores". Desde el punto de vista etimológico, la palabra se formó a partir del término griego "mykos" (hongo) y del vocablo latino "rhiza" (raíz). Este descubrimiento, al igual que otros tantos no visibles hasta ese entonces para los científicos de la época, dio lugar a que una pléyade de relevantes investigadores, dirigieran sus esfuerzos a tratar de comprender lo que ocurría en ese entorno desconocido, pues al parecer, nacía para la ciencia, un nuevo órgano con morfología y fisiología propia (Dommerges y Mangenot, 1970; Letacon y Obaton, 1983; Strullu, 1991 y Allen, 1992). Por otra parte, Perry et al. (1990), demostraron que las asociaciones micorrízicas se encontraban ampliamente distribuidas, desde los polos hasta los trópicos, por lo tanto no debe sorprender en lo absoluto encontrar especies vegetales formando esta asociación en la mayoría de los ecosistemas terrestres, constituyendo excepciones algunas plantas de zonas pantanosas y acuáticas (Solaiman e Hirata, 1995). The word Micorriza was used for the first time and with a purely systematic interest, by the illustrious botanist of German origin Albert Bernard Frank in 1885, to designate "the association that took place between the hyphae of some fungi of the soil with the underground organs of the vast majority of the upper floors”. From the etymological point of view, the word was formed from the Greek term "mykos" (fungus) and the Latin word "rhiza" (root). This discovery, like many others not visible until then for the scientists of the time, gave rise to a pleiad of relevant researchers, directing their efforts to try to understand what was happening in that unknown environment, because apparently, was born for science, a new organ with its own morphology and physiology (Dommerges and Mangenot, 1970, Letacon and Obaton, 1983, Strullu, 1991 and Allen, 1992). On the other hand, Perry et al. (1990), showed that mycorrhizal associations were widely distributed, from the poles to the tropics, therefore it should not surprise at all to find plant species forming this association in most terrestrial ecosystems, with exceptions some plants of zones swampy and aquatic (Solaiman and Hirata, 1995). (traducción automatica)
Colecciones
- Agricultura y Silvicultura [683]
- Cultivos Tropicales [468]
- Fungi (hongos) [40]
- Proyecto OP-15 Documentos de Referencia [624]