Plan general de Ordenamiento Territorial y Urbanismo
Datum
2013-09Autor
Padrón Lotti, Miguel
Rodríguez Rodríguez, Silvia
Paumier Quiñones, Joaquín
Muñiz Gonzalez, Armando
Castro Premier, Mailyn
Caparó Salgado, Gabriel
García Pleyán, Carlos
Guzón Camporedondo, Ada
Hernández Hernández, Enrique
Metadata
Zur LanganzeigeZusammenfassung
El suelo, como recurso finito, es objeto de demandas competitivas, en ocasiones contradictorias, entre los diferentes actores (individuos y organizaciones) que integran la sociedad, motivados por fines económicos o sociales. Es así que el territorio es el soporte de todas las actividades humanas, que debe ser objeto de gobierno por cuanto es motivo de conflictos (entre otras causas por la escasez de suelo, por la competencia de distintos usos sobre un mismo espacio, por su sobrexplotación, por pugnas entre el uso público y privado del suelo, por las históricas contradicciones ciudad-campo). Es evidente que el uso del suelo en determinado lugar repercute en costos o beneficios: sociales, culturales, ambientales, económicos; para otros actores en otros lugares, y para la sociedad en su conjunto. En un contexto social débilmente controlado, los propietarios y usuarios tienen escasos incentivos y pocas restricciones para tener en cuenta los costos y beneficios que ellos les imponen a otros, con determinadas localizaciones de actividades y acciones transformadoras del medio natural y del construido. Es así que, históricamente, en todas las culturas, las autoridades han percibido la necesidad de regular el uso del suelo en el interés de toda la comunidad o de sus grupos dominantes y, en la medida en que los problemas territoriales y urbanos se han hecho más complejos, y su conocimiento más preciso, se han desarrollado diferentes instrumentos de ordenamiento territorial y urbanismo que los ciudadanos han aceptado seguir y respetar, como un compromiso social y jurídico. Soil, as a finite resource, is subject to competitive demands, sometimes contradictory, between the different actors (individuals and organizations) that make up society, motivated by economic or social purposes. Thus, the territory is the support of all human activities, which must be subject to government because it is a source of conflict (among other causes due to the scarcity of land, the competition of different uses over the same space, its over-exploitation , by conflicts between the public and private use of land, by the historical contradictions city-field). It is evident that the use of land in a certain place has repercussions on costs or benefits: social, cultural, environmental, economic; for other actors in other places, and for society as a whole. In a weakly controlled social context, owners and users have few incentives and few restrictions to take into account the costs and benefits they impose on others, with certain locations of activities and actions that transform the natural environment and the built environment. Thus, historically, in all cultures, the authorities have perceived the need to regulate the use of land in the interest of the entire community or its dominant groups and, to the extent that territorial and urban problems have been made more complex, and their knowledge more precise, they have developed different instruments of territorial ordering and urban planning that citizens have accepted to follow and respect, as a social and legal commitment. (Traducción automática)